
No es tu culpa
Como Abby, los niños comprenden que el divorcio no es culpa de ellos.
Vean juntos la conversación entre Gordon y Abby. Pregunte: “¿Cómo se sentía Abby? ¿Qué quería Gordon decirle a Abby?”. Asegúreles que ellos no hicieron nada que pudiera haber causado el divorcio. Dígales que es normal sentir esas preocupaciones y sentimientos pero que hablar puede ser de ayuda. Continúe sosteniendo estas conversaciones todo el tiempo para mantener abierta la comunicación y explicarles que los problemas entre los adultos no son por culpa de los niños; que no es responsabilidad de los niños resolver los problemas de los adultos. También puede:
- Poner notitas en la lonchera o por toda la casa con mensajes de las cosas que a usted le gustan de ellos.
- Elogiarlos, “Eres muy bueno cuando compartes tus juguetes con tu hermano pequeño”.
- Decirles las razones, grandes y pequeñas, de por qué usted se siente orgulloso de ellos.
- Agradecerles cuando le ayudan, por ser bondadosos o simplemente, ¡por ser como son!

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