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Para educadores: Su autocuidado

Consejos para educadores sobre la resiliencia.

April Solomon-Tate Especialista en Early Learning, First Up 

Su trabajo como educador y persona cariñosa con los niños tiene un profundo valor y significado. Y por supuesto que también tiene sus desafíos. La comprensión, el cuidado y la bondad con que usted enfrenta los desafíos de su trabajo tienen un enorme impacto en usted mismo y en los niños que atiende. 

Sabemos que los niños enfrentan desafíos en torno a su bienestar emocional y que la depresión y la ansiedad infantil aumentó en el primer año de la pandemia. Cada vez más niños luchan con tratar de comprender sus grandes sentimientos, manejar sus impulsos o emociones y lidiar con el estrés. 

Contar con un salón de clases seguro y acogedor es un factor clave para proteger a los niños del estrés y de otros desafíos para su bienestar emocional. Las escuelas son a menudo un ancla para los niños y sus familias, por lo que nuestra responsabilidad de ayudar al bienestar emocional puede sentirse agobiante. 

Al mismo tiempo seguimos enfrentándonos a los constantes cambios de nuestros propios desafíos profesionales y personales. Trabajamos todos los días para satisfacer las necesidades de los niños, pero también tenemos nuestras necesidades. Como miembros de una profesión de ayuda, a veces olvidamos que nosotros también necesitamos ayuda. Durante mucho tiempo había pensado que mis estudiantes tendrían éxito si yo administraba bien mi salón de clases. Podía hacerlo todo, y era mi aula y mi responsabilidad. 

Mi salón de clases era una isla. Me tomó años darme cuenta de que necesitaba conectarme más con otros colegas, amigos y familiares. Necesitaba pensar más en cuidarme a mí misma. 

Parte de cuidarnos a nosotros mismos es apreciar todas las cosas maravillosas que hacemos. El agotamiento de los maestros es real, y todos tenemos momentos en los que no estamos en nuestra mejor disposición. Esto es lo que he aprendido sobre la importancia del autocuidado y de tener fortaleza emocional. 

  • Es útil hacer un chequeo personal diario. Dese tiempo para hacer una pausa y preguntarse, ¿Estoy bien? ¿Necesito tiempo para recuperar mi energía? ¿Qué puedo hacer para recuperarme? ¿Necesito pedir ayuda? Puede poner una alarma en su teléfono o asociarse con un colega para ayudarse mutuamente. 
  • Cuando sienta que no tiene un minuto para usted, acuda a las personas lo rodean para que se le unan en una pausa consciente. Invite a los niños o colegas a tomar un momento de tranquilidad con usted para cerrar los ojos y respirar profundamente juntos. 
  • Contener las emociones difíciles y “simplemente superarlas” puede hacer que nuestros días sean aún más difíciles. Tenga un plan para cuando necesite un descanso como caminar cinco minutos mientras escucha música, hacer ejercicios de respiración o meditación y desahogarse con un colega o pedirle ayuda. 
  • La consistencia puede crear resiliencia. Trate de mantener sus prácticas de cuidado personal como un plan de dormir más o de ejercicio semanal. 
  • Cuando usted esté pasando por momentos difíciles en su vida profesional o personal, o ambas, no dude en buscar ayuda profesional si le es difícil controlar la situación, todos somos una obra en progreso.  

Cuidar de uno mismo no es ser egoísta. Todos los seres humanos somos importantes. Cuando nos sentimos bien y fuertes emocionalmente beneficiamos a los niños y a las familias que atendemos. 

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