En tiempos difíciles y situaciones estresantes, los niños sienten que su mundo se ha puesto patas arriba. De alguna manera, así es. Pero como padre cariñoso, usted puede ayudarlos a sentirse más tranquilos. Cuando una situación es muy estresante, primero asegúrese de que todos estén protegidos. Luego, enfóquense en calmar sus cuerpos. Estas estrategias son de ayuda. 

  • Respirar profundo Inhalen por la nariz, exhalen por la boca lentamente tres o cinco veces. 
  • Contar hasta cinco Contar ayuda a los niños (y a los padres) a cambiar el enfoque del estrés de la situación y a volver al momento presente. Cuenten lentamente juntos. Los niños mayores pueden contar hasta 10 o 15 o incluso pueden contar hacia atrás. 
  • Tensar y relajar También puede animar a los niños a tensar y relajar deliberadamente diferentes partes de sus cuerpos. Podrían hacer puños con las manos y luego abrirlas (y repetir). Pueden levantar los hombros hacia las orejas, luego llevarlos hacia abajo y hacia atrás, erguidos (repetir varias veces). 

Cuando el cuerpo esté en calma o cuando la situación sea menos intensa, usted podría, 

Darles tranquilidad 

Dígales a los niños que es normal tener diferentes sentimientos y que siempre pueden hablar con uno de sus padres u otra persona de confianza sobre lo que están pensando y sintiendo. Diga, Yo también me asusto/preocupo a veces, para que se sientan comprendidos y asegurarles que no están solos. 

Recuérdeles siempre que ellos están protegidos y cuidados. Diga, Sé que esto es difícil, pero tú eres muy valiente. Podemos ser valiente y al mismo tiempo sentir temor. Superaremos esto juntos. El cariño no siempre tiene que darse con palabras, tómense de la mano y abrácense con frecuencia. 

Mantener las rutinas 

Siempre hay confianza en lo que conocemos. Elegir al menos una rutina diaria sencilla que los niños puedan esperar, como cantar la misma canción de cuna por la noche, les da una sensación de control. 

Si los niños se distraen o tienen dificultad para completar las tareas diarias, dígales, Imaginemos que guardas tu preocupación en una cómoda mientras (damos un paseo, leemos un cuento antes de dormir, etc.). Después volvemos a recogerla. Dejar de lado una preocupación o un miedo puede ayudar a verlo todo en perspectiva y da tiempo para relajarse y disfrutar de algo que les guste hacer. 

Cultivar la autoconfianza 

Los tiempos de incertidumbre también pueden hacer que los niños se sientan inseguros de sí mismos. Ayúdelos a recordar y celebrar las cosas que los hacen ser niños especiales. Juntos hagan una lista de afirmaciones positivas. Invítelos a elegir una afirmación y repetirla a lo largo del día. 

  • Yo puedo hacer cosas difíciles 
  • Yo estoy aprendiendo y creciendo cada día más. 
  • Yo soy valiente. 
  • Yo puedo hacer nuevos amigos. 
  • Yo soy amable con los demás. 
  • Yo hago que la gente se sienta alegre. 
  • Cuando las cosas cambian, yo puedo ser flexible. 
  • A mí me gusta ayudar. 
  • Yo no estoy solo. 
  • Yo soy bueno en hacer ______. 

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