La caja de la tranquilidad
Ayude a los niños a estar a solas un momento para descansar y tranquilizarse.
Vean juntos el video. Explíqueles que podemos cuidarnos nosotros mismos aunque tengamos emociones fuertes. Big Bird usa su caja de tranquilidad. Hablen de las cosas que tiene Big Bird en su caja o bolsa de tranquilidad.
Para hacer su propia caja de tranquilidad invite a los niños a decorar una caja o bolsa. El tamaño dependerá de lo que pongan adentro. Pueden también usar una bolsa o mochila que permita que la lleven de un lugar a otro. Podrías agregar
- pelota para apretar
- crayones y papel
- un spinner
- cuentos
- sabanita
- fotos de los seres queridos
- un peluche o una muñeca
- pedazos de tela de diferentes texturas
- un instrumento musical pequeño como un kazoo o flauta de mirlitón.
- papel de burbujas para reventar las burbujas)
- molinete para ejercicios de respiración. Inhalar profundamente por la nariz y exhalar por la boca para mover el molinete.
Cuando el niño tenga emociones fuertes o un momento difícil, ofrézcale o sugiérale usar su caja o bolsa de tranquilidad. Pregúntele si le gustaría pasar unos minutos solo o si le gustaría que usted se quedara con él, así como la abuela de Big Bird se quedó con él.
El frasco de la gratitud
Resalte el poder de la gratitud. En tiempos difíciles, ayude a los niños a hacer una pausa, notar y saborear los sentimientos de las cosas buenas de tenemos en la vida.
¿Te ayudo, te escucho o te abrazo?
Hay muchas maneras de ayudar a un niño angustiado. Puede darle una sensación de control ofreciéndole tres formas en las que usted lo puede ayudar, pero dejar que él decida.
Cómo educar mi cerebro
El diálogo compasivo con nosotros mismos puede cambiar los momentos difíciles.
Yo soy mi mejor amigo
La autocompasión es importante. Los niños deben ser tan amables consigo mismos como lo son con los demás.
El Conde cuenta: Abrazos de seis segundos
El Conde y la Condesa demuestran el poder de un largo abrazo.
¡Gracias, ayudantes de sentimientos!
Explíqueles a los niños la labor de los “ayudantes de sentimientos”. Son trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras y otros profesionales que saben cómo ayudar a las personas cuando sus sentimientos grandes se vuelven demasiado grandes.