
¿Te ayudo, te escucho o te abrazo?
Hay muchas maneras de ayudar a un niño angustiado. Puede darle una sensación de control ofreciéndole tres formas en las que usted lo puede ayudar, pero dejar que él decida.
Cuando los niños están angustiados, preguntarles qué necesitan puede ser una estrategia poderosa. Diga, ¿Quieres que te ayude, te escuche o te abrace? Después de todo, todos necesitamos cosas diferentes en momentos diferentes y cada niño es diferente. Al igual que la abuela Nell, usted puede simplemente preguntarles a los niños lo que necesitan:
- Te ayudo – Los niños podrían desear ayuda concreta para resolver un problema.
- Te escucho – A menudo los niños solo desean ser escuchados para ventilar o expresar lo que les está sucediendo.
- Te abrazo – Tal vez los niños solo desean sentir el consuelo físico. Recuérdeles que si no tienen cerca a una persona conocida y de absoluta confianza, ellos se pueden abrazarse a sí mismos.
También podría plantearles una opción similar. Diga, ¿Quieres un amigo que se siente contigo, te escuche y sea amable contigo? ¿Quieres que un compañero o alguien te ayude a resolver un problema? ¿Quieres algo de privacidad, un momento de tranquilidad a solas?

Juntos y seguros
Cuando las familias tienen que salir de casa para estar sanos y salvos, es bueno recordar que hogar es donde está el amor.

La hora de las burbujas
Una actividad tranquila, como soplar burbujas, puede ayudar tanto a los niños como a los padres y cuidadores a respirar profundamente, reducir la velocidad y a calmarse.

Poder del crayón

Hasta luego caracola
Una rutina de despedida especial y amorosa puede hacer más fácil las separaciones.

Brazaletes de amistad
Cuando es difícil estar separados de los seres que amamos, las cosas más pequeñas pueden convertirse en grandes recordatorios de que alguien nos ama y está pensando en nosotros.

La belleza de las nubes
Pasar tiempo afuera de la casa nos recarga la energía para todo el día.

Abrazos de almohada
Abrazar una almohada con funda de un artículo de vestir del padre o cuidador ausente ayuda a calmar y a reconfortar al niño.