Por Traci Baxley, Ph.D.

Según investigaciones, los niños se forman ideas acerca de la raza mucho antes de estar listos para hablar del tema; la conciencia sobre la raza y el racismo comienza en la infancia.[i] No importa la edad, ellos recogen pistas de sus vivencias para entender el mundo y por eso las conversaciones tempranas, sinceras y de acuerdo a la edad son importantes. Lo siguiente es sobre cómo se desarrolla la comprensión de los niños y por qué nunca es demasiado pronto para abordar el racismo.

Los bebés desde los seis meses muestran preferencia por los rostros de las personas de su propio grupo racial. Los estudios indican que ellos miran por más tiempo y expresan felicidad más a menudo con personas que se parecen a ellos. Desde temprano presénteles personas que no se parecen a ellos y muéstreles ilustraciones de personas con diferentes tonos de piel y rasgos faciales.

Los niños pequeños usan señales sociales como el lenguaje corporal y la expresión facial para darle sentido a su mundo. Notan cómo los adultos responden a las diferencias en las personas, y sin que nos demos cuenta imitan nuestras actitudes y prejuicios raciales. Según investigaciones, desde los tres años los niños asocian algunos grupos raciales con atributos negativos, y usan estas asociaciones para crear su propia comprensión del mundo. Si usted tiene niños pequeños ponga atención a sus propios prejuicios y reacciones hacia personas de color de piel diferente al suyo, y continúe utilizando libros, videos y música que resalten y celebren las diferencias.

Los preescolares notan cada vez más las diferencias como el color de la piel, la textura del cabello y en qué son iguales y diferentes a ellos. No sólo comparan y agrupan a las personas por raza sino que, según investigaciones, algunos niños también comienzan a mostrar prejuicios “pro-blanco” y a incluir o excluir a compañeros de juego según la raza. Incluso niños no blancos suelen asociar lo blanco con riqueza, poder o belleza. (Cuando mis niños tenían esa edad, me aseguraba de decir cosas como: “¡Es maravilloso que todos seamos tan diferentes!”).

En kindergarten y primer grado comienzan a notar que la raza es a menudo un tema tabú. A esa edad los niños podrían seguir incluyendo y excluyendo a sus compañeros según la raza. Son más conscientes de las noticias inquietantes y hacen preguntas al respecto, por lo que es una gran oportunidad para tener conversaciones significativas sobre raza y racismo. No es extraño que digan que alguien que es diferente a ellos se ve “raro”. Antes de continuar hablando, y para entender mejor de dónde vienen esos pensamientos, usted podría preguntar: “¿Qué te hace decir eso?”. “¿Por qué piensas así?”.

Tan pronto como los niños puedan hacer preguntas, anime esa curiosidad natural respondiéndoles incluso las preguntas más difíciles. Es correcto decirle que usted quiere analizar esa pregunta antes de contestarla. Dígales que está bien notar el color de la piel y hablar sobre la raza. La idea es hacer que las diferencias sean normales y buenas.

[i] Goodman, M. E. (1952). Race awareness in young children; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2566511/

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