Artículos

Fuera de pantalla para calmarnos 

Un artículo sobre cómo manejar los grandes sentimientos y las transiciones difíciles fuera de pantalla.

Cuándo y cómo debemos usar los medios digitales y la tecnología, y cuándo no usarlos, puede ser un desafío. Pero usted y su familia saben cómo hacerlo. 

Afortunadamente, las actividades simples y fuera de pantalla ayudan a los pequeños a manejar sus emociones. Présenteles estrategias apropiadas para niños y note lo que funciona mejor para su familia. El éxito de las estrategias para calmar a los niños es practicar las estrategias con anticipación. Aplíquelas cuando los niños estén jugando y hábleles de cómo esas estrategias los ayudan a calmar los grandes sentimientos. De esa manera los niños estarán listos para aplicarlas cuando más las necesiten. 

  • ¡A mover el cuerpo! La actividad física ayuda a los niños a calmarse. Anime a los niños a saltar, correr o bailar. 
  • Usa tus sentidos Invite a los niños a cerrar los ojos y luego abrirlos. Pregunte, ¿Qué colores ven, qué objetos ven, qué escuchan, qué huelen, y qué sabor tiene? 
  • Un lugar acogedor Designe un lugar tranquilo y seguro donde los niños puedan descansar y calmarse. Ponga en ese lugar un juguete preferido, una mantita o lo que al niño le guste más. 
  • La cajita de la calma Invite a los niños a la exploración creativa. Llene una caja con cosas seguras para niños y deles tiempo para que observen y piensen en esas cosas con curiosidad y asombro. Actividades como estas que fomentan el juego independiente ayudan a los niños a superar los sentimientos de aburrimiento.  
  • Dar el ejemplo Usted le enseña a su niño a manejar las emociones al demostrarle la forma en que usted se calma. Diga, Estoy molesta porque cometí un error cuando quise hacer esto, pero voy a respirar profundamente y volveré a intentarlo. 

¡Usted lo puede hacer! 

Cada niño es único. Para hallar las estrategias adecuadas para su familia hay que pasar por prueba y error. Recuerde que la práctica, aunque no sea perfecta, hace al maestro. 

Un agradecimiento especial a Mitch Prinstein, Mary Alvord, Ph.D., Jacqueline Nesi y Linda Charmaraman de la Asociación Americana de Psicología por su aporte en este tema. 

Etiquetas relacionadas: