Para proveedores: Apoyando a las familias durante la crisis
Las familias que enfrentan crisis y desplazamiento necesitan apoyo. Tu presencia afectuosa, ofreciéndoles estrategias simples y recursos útiles, puede marcar una gran diferencia.
Cuando niñas, niños y personas adultas experimentan momentos aterradores o amenazantes, sus mentes pueden entrar en modo “huir, luchar o congelarse”. Esta es la forma en que nuestro cerebro intenta protegernos. La respuesta de “luchar” es querer enfrentar la amenaza (física o verbalmente). “Huir” es correr o esconderse, y “congelarse” es sentirse incapaz de moverse o hablar.
Las familias afectadas por una crisis pueden enfrentar muchos momentos como estos, y su mayor fuerza son las relaciones con personas adultas que les apoyan, como tú. Tu presencia afectuosa les ayuda a sentirse tranquilos y tus estrategias, a superar estos momentos. Más que eso, tienes el poder de ayudarles a recordar sus fortalezas y desbloquear el potencial para un futuro más fácil.
Ya sea que tengas varios días o solo unos minutos para conectarte con ellas, puedes ayudar a las familias a ubicar sus experiencias, tanto las buenas como las malas, en un contexto más amplio en sus vidas. También puedes ayudarles a reconocer, descubrir y aprovechar sus fortalezas en cada paso del camino.
Las estrategias presentadas aquí están diseñadas para fortalecer la resiliencia de las familias al enseñarles formas de atravesar las transiciones y el trauma manteniendo una perspectiva esperanzadora.
Los mensajes clave reconocen las emociones desafiantes que traen los cambios significativos y, al mismo tiempo, recuerdan a las familias que tienen fuerza, fortaleza y valentía. Puedes usar estos mensajes para recordarles que tienen mucho de qué sentirse orgullosas.
Al empezar a usar estos recursos con las familias, ten en cuenta su nivel de seguridad y comodidad. Cuando las familias están en modo de crisis, es decir, “huir, luchar o congelarse”, lo más apropiado puede ser hacer una respiración profunda o tomar un momento de tranquilidad. A medida que su sentido de seguridad aumente o que la intensidad del cambio disminuya, puedes empezar a introducir más estrategias y animar a las familias a probar cosas nuevas.
Sea cual sea la etapa en la que se encuentren las familias en el proceso de afrontar la crisis, hay mucho que puedes hacer para ayudarles a sentirse más seguras y protegidas.
Por ejemplo, puedes fortalecer el sentido de seguridad de niñas y niños diciéndoles:
- No estás sola o solo.
- Está bien sentir emociones desafiantes.
- Las personas adultas de confianza saben cómo ayudarte a mantenerte seguro.
- Eres importante y amado.
- Esto no es culpa tuya.
- Hay muchas personas que saben cómo ayudarte a ti y a tu familia (trabajadores sociales, maestras y maestros, trabajadores de la salud, entre otros).
Y puedes hacerle saber a las personas adultas:
- Tú y tu familia son fuertes, valientes y resilientes.
- Esta experiencia puede convertirse en una parte significativa y empoderadora de la historia de tu familia.
- Su situación actual no los define como personas ni como familia. Son más grandes que las circunstancias que enfrentan en este momento. Al mismo tiempo, es normal y está bien sentirse enojado o infeliz.
- Mantener la esperanza es importante, y también lo es el “autocuidado familiar”. Recuerden: reír o cantar canciones, compartir historias, abrazarse y mantener rutinas simples tanto como les sea posible.