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¡Todos somos bienvenidos! 

Sugerencias para acoger y ayudar a todos los miembros de la comunidad. 

Es importante hacer un esfuerzo para que todos en la comunidad se sientan bienvenidos. No solo aceptándolos sino también ofreciéndoles ayuda para que cada uno se sienta seguro y valorado. 

Pertenecer es mucho más que ser aceptado en una comunidad de amigos; significa ser parte integral de esa comunidad. Con un poco de afecto y un poco de práctica, se puede hacer que todas las personas tanto neurotípicas como autistas se sientan bienvenidas. Las siguientes son maneras para lograrlo.  

  • Escuchémonos unos a otros. El cerebro de cada persona funciona de manera diferente. Ayude a cada niño a encontrar su propia manera de hacer las cosas. Tengamos flexibilidad para aprender algo nuevo cada día.  
  • Para participar plenamente los niños necesitan sentirse bien, seguros y tranquilos en su ambiente. Todos podemos amoldarnos un poco para lograrlo; no debemos esperar que sea el niño autista el que tenga que adaptarse. Por ejemplo, si a una persona le molestan las luces fluorescentes o el sonido de una licuadora, respetemos su sentimiento y, si es posible, ayudemos a darle una buena solución. Imaginemos que tuviéramos que trabajar con el sonido constante de una alarma. No nos gustaría que alguien nos dijera simplemente que tenemos que acostumbrarnos a ese sonido, ¿cierto? 
  • Debemos entender que todos somos diferentes y todos nos comunicamos de diferentes maneras. No hay forma correcta o incorrecta. Al igual que otros niños, Julia se comunica de manera diferente en situaciones diferentes. Julia puede hablar, hacer gestos o usar su máquina para hablar. Ella también puede expresarse a través de sus acciones. 
  • Algunos niños podrían parecer que están poniendo atención porque nos dan el frente y nos miran a los ojos. Pero no todos lo hacen. Para un niño autista el poner atención puede ser diferente. Puede implicar no mirar a los ojos o incluso darnos la espalda. Permitamos que el niño nos guíe, nosotros solo lo seguimos.  
  • Aceptemos las variaciones. La versión de Julia del juego los encantados (corre que te alcanzo, a la lleva, las traes, la mancha), es “boing las traes”. Tal vez los saltitos lo hacen más divertido para ella. Del mismo modo, un sonido repetitivo puede ser tranquilizante para un niño o puede ser divertido repetir ¡juguemos! o crear una canción con ese sonido. La conclusión es que TODA forma de comunicación es buena. Trabajemos para asegurar y motivar que todos nos expresemos y participemos.  
  • El autismo es solo una de la enorme variedad de los seres humanos. Descubramos todas las similitudes entre los niños de la comunidad y respetemos sus diferencias. Depende de nosotros crear un mundo en el que todos podamos sentirnos bienvenidos.  

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