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Cómo hablar de los sentimientos con los niños

¡El aprendizaje socioemocional puede ser parte de sus actividades diarias!

Para los niños, el aprendizaje socioemocional comienza con identificar los sentimientos. Reconocer y nombrar los sentimientos ayuda a los niños a entenderlos. Hay muchas actividades que puede elegir y que ayudarán a los niños durante este proceso.

  • Nombre ese sentimiento: Una primera actividad genial es simplemente darles a los sentimientos un nombre. Reúna imágenes de revistas o libros donde una persona demuestra claramente un sentimiento. Pregunte a los niños: “¿Qué piensan que siente esta persona?” Ayúdeles a nombrar la emoción. Puede escribir los nombres de los sentimientos en un póster y pegar las imágenes para que los niños puedan verlos todo el tiempo.
  • ¿Cómo se siente?: Usando el póster de los sentimientos, incorpore una conversación sobre los sentimientos a los momentos en que se reúnen. Señale un sentimiento y haga preguntas como: “¿Qué está sintiendo la persona? ¿Alguna vez se han sentido igual? ¿Cómo fue sentirse así? ¿Qué les hizo sentirse así?”
  • Arte y sentimientos: Use la hora del arte para revisar cómo están los sentimientos. Pida a los niños que hagan un autorretrato en que demuestren un sentimiento en particular. En cuanto terminen, pregúnteles si quieren conversar acerca del sentimiento que mostraron en su autorretrato. Puede hacer de esta una actividad regular para ayudar a los niños a desarrollar un repertorio de sentimientos.
  • Revisión de los sentimientos: Haga una tabla de sentimientos básicos que muestra emociones como “feliz”, “triste”, “enojado”, “frustrado”, o “emocionado” usando imágenes y palabras. Escriba el nombre de cada niño en una hoja de papel. Cuando el niño llegue, pídale que identifique cómo se siente en ese momento, y pegue ese sentimiento a su nombre con cinta. Invite a los niños a actualizar sus sentimientos a lo largo del día y, cuando lo hagan, use el momento para preguntarles cómo han cambiado sus sentimientos. Esto puede adaptarse para que sea una actividad más privada, creando una caja para los sentimientos. Pida a los niños que escriban su nombre y su sentimiento en una hoja de papel y que la pongan en la caja. Más tarde, la puede revisar e invitar a los niños a compartir lo que escribieron con usted, si quieren.

Los sentimientos de los demás

En cuanto los niños hayan aprendido a nombrar sus propios sentimientos, pueden empezar a notar que otras personas también tienen los mismos sentimientos. Reconocer los sentimientos de otros es clave para desarrollar la empatía.

  • La hora del cuento:  Leer juntos da la oportunidad de entender los sentimientos de los demás. Mientras avanza en un cuento, deténgase a preguntar: “¿Cómo piensan que este personaje se siente? ¿Alguna vez se han sentido igual? ¿Qué les hace pensar que este personaje se siente así?”
  • Charadas de las emociones: Escriba los diferentes sentimientos en hojas de papel y dibuje una imagen del sentimiento al lado de la palabra. Ponga las hojas con los sentimientos en un bol o sombrero. Pida a los niños que saquen un sentimiento del sombrero y que lo actúen usando tan solo la cara y el cuerpo. Pida al resto de los niños que adivinen cuál es el sentimiento que está siendo representado. Después de cada turno, pregunte: “¿Cómo sabían cuál era el sentimiento?” y “¿Cuándo se han sentido igual?”
  • Sus propios sentimientos:  Una manera genial para enseñar a los niños sobre los sentimientos de los demás es conversando con ellos sobre sus propios sentimientos. Durante el día, use palabras que describan los sentimientos cuando haga un anuncio o cuando señala algo como: “Me hace tan feliz ver que todos están jugando juntos. ¿Se nota que estoy feliz? ¿Cómo lo saben?”

Manejar los sentimientos

Para los niños, reconocer sus propios sentimientos, y los sentimientos de otros, es el trabajo socioemocional más importante que pueden hacer. Ayudarles a nombrar y conversar sobre los sentimientos cuando están experimentando emociones muy fuertes puede ser difícil. Tener estrategias que puedan usar antes de conversar acerca de sus sentimientos puede ser la clave.

  • Práctica con respirar hondo:  Empiece cada día formando un círculo para pedir a los niños que pongan las manos en sus barrigas. Invítelos a respirar hondo, inhalando hasta llenar la barriga como un globo, y luego a exhalar, desinflando el globo. Pida que lo hagan tres veces. Al hacer esto todos los días, estará desarrollando un hábito para calmarse.
  • Respirar hondo durante los momentos difíciles: Si un niño tiene emociones fuertes que están fuera de control, inclínese al nivel del ojo del niño y dígale: “Vamos a respirar hondo los dos”. Respire hondo tres veces con él. En cuanto esté calmado, pídale que nombre la emoción que siente.

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