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Cómo ayudar a los niños a calmarse a sí mismos

Cuando usted trabaja con niños que sufren el efecto de un trauma, la prioridad es darles un sentido de protección y seguridad.

Luego, considere la posibilidad de compartir con otros una o más de estas herramientas de cuidado personal:

  • Pelotitas contra estrés. Explique que estas pelotas pueden realmente ayudar a relajar su cuerpo. Pueden ayudar a los niños a aprender la relajación de los músculos profundos. Guíelos en el proceso invitando a niños o adultos a apretar una pelota en cada mano mientras “aprietan” cada músculo de su cuerpo tan fuerte como puedan. Pida que permanezcan en esa posición durante cinco segundos. Luego pida que liberen la tensión, que se relajen y respiren profundamente.
  • Un cuaderno y crayones. Esto les permite a los niños dibujar sus sentimientos. Ayúdelos a comenzar preguntándoles sobre la razón del sentimiento: “¿Puedes dibujar lo que te enojó tanto?”. También puede animarlos a explorar el sentimiento en sí: “¿De qué color es tu tristeza?”, “¿es de color azul claro o azul oscuro?”, “¿qué forma tiene?”. Estas estrategias ayudan a los niños a tener perspectiva sobre sus emociones y a perfeccionar la capacidad para hablar de sus sentimientos.
  • Un objeto de consolación. Abrazar un animalito de peluche, una manta suave o un suéter grande puede dar a los niños una sensación de control y seguridad al estar en contacto con un tesoro personal familiar y tranquilizante.
  • Burbujas. Soplar burbujas y verlas formarse, flotar y reventar puede ser una experiencia relajante. Eso es debido a los efectos calmantes de la respiración profunda que usted puede ayudar a que los niños aprendan.