Vean juntos el video y comente que Rosita da muy buenos abrazos. ¡Explíqueles que los abrazos pueden hacer que los días difíciles sean un poquito más fáciles! Empiecen una rutina de abrazos: cada mañana y cada noche, repita esta rima:

Un abrazo para ti (dele un abrazo a un niño)
Un abrazo para mí (el niño le da un abrazo a usted)
¡Cuán calentito y cariñoso un abrazo es así!

Esta rutina puede ser algo que los niños anticipen cada día. ¡Siempre hay un abrazo a la espera!

La experiencia de cada persona afecta su manera de ser padre. Por ejemplo, es posible que no nos sintamos cómodos dando un abrazo a un niño. En todo caso, todas las investigaciones demuestran que los toques confortantes y cariñosos frecuentes son necesarios para desarrollar un cerebro sano.